Con tus tibias caricias en mi
cuerpo, emprendo la marcha
esta mañana.
Camino mi vida recordando
tiempos inmortales y sutil co-
mo un huésped en medio de la
intemperie, observo el silencio.
Dejo los ojos abiertos, para
no ver el mundo que sucede.
Ignorando todas las
nostalgias, aumenta mi osadía, llegan-
do al interior de la mudez,
indiferente y ajena para despistarla.
Este amor que te tengo, me
desnuda el alma.
Quiero susurros de las noches
amadas y signos para al-
canzarlas.
Suspendida cualquier sospecha,
vuelvo a recordar que te amo
y como un guerrero en medio
del desierto, espero sabiendo
que pasará la caravana.
Ya llegará el día donde todos
soporten vernos juntos. Al-
cancemos la altanería de un
amor perfecto, sin despedidas.
Si nos olvidamos no habrá
oraciones que alcancen la calma.
Una certeza extraña que el
amor posee, sin poder explicar-
la, supone que es posible y yo
amo la ilusión que no tiene
amenazas.
LUCIA
SERRANO (del libro “Blues para la
Corona”)
No hay comentarios:
Publicar un comentario