SILENCIO DE MADRUGADA
“las luciérnagas dejaron de aullar”
René
Villar
Descansan las luciérnagas a nuestros
pies,
la escucha del alma es compañía
absoluta,
e infinito el placer que la ciencia
no cautiva.
Silencio que trasciende las luces tenues
del suntuoso día.
Tierna música que enamora a las
ninfas
en la noche callada.
De la fuente plateada, se asoma
el fresco aroma de este extraño
corazón
que se instaló en mis entrañas.
Me enamora este silencio mensajero.
No iré a ningún sitio.
Me quedaré aquí,
embriagada por la luz de las luciérnagas.
este poema que tiene de epígrafe del poeta, Amigo René Villar, creador de la fundación de poetas de Mar del Plata, que hoy lleva su nombre decía siempre "LA CRIATURA DE LA INMORTALIDAD ATACA POR LA ESPALDA", mi mejor manera de recordarte es entre las letras que vivieron saciando nuestra alcoba
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