Artificiales
fuegos despiertan el alma del silencio.
Movimientos
de una visión entre cristales delicados.
Oficio
de navegantes.
La
noche asciende entre los juncos,
mientras
el río aumenta el cauce de sus aguas.
No
estaban libres los caminos.
Los
leños escondían la luz de extrañas ceremonias.
El
halito de una voz oculta en la infinita noche,
le
corre los velos a la materia.
Envejecía
el horror, transportando viejas esperanzas.
Cotidiana
comunión, tiempo de los aromas.
Anónimo
follaje, milagro de las primaveras.
Orillas
fortaleciendo sueños
Lejano
dolor contemplando el alma del silencio.
LUCIA SERRANO
un besote de saborescompartidos.