León Felipe
Camino García de la Rosa, nació en Tábara, un pueblo de la provincia de Zamora,
España, el 11 de abril de 1884.
A los dos años se mudó con su familia a otro pueblo:
Sequeros, provincia de Salamanca, un paraje castellano que amaría toda su vida
y al que volvería muchas veces.
En 1893 el padre asciende de categoría
en su carrera de notario y la familia se traslada a Santander. Allí León cursa
los primeros estudios y el bachillerato y, ya a los 16 años, dirige un teatro
de estudiantes. Pero su gran sueño es vivir en Madrid, escenario central de las
artes, y hacia ahí se dirige, aunque con una excusa que no despertara la
oposición de sus padres: estudiar la carrera de farmacéutico. En Madrid, se
fascina con el teatro y descubre a Shakespeare y a Goya, pero a la muerte de su
padre, termina sus estudios y vuelve a Santander para hacerse cargo de su
familia.
Pocos años después, ingresa en una
compañía teatral transhumante con la que
recorre el país y decide dividir su año en dos tiempos: durante los inviernos
se instala en Madrid y el resto del año vive como regente de farmacia en varios
pueblos castellanos. En esta época, empieza a escribir sus primeras poesías,
que formarán luego sus Versos y oraciones
de caminante, publicados por primera vez en la revista España, de Madrid.
Su espíritu itinerante no puede estarse
quieto: viaja a África y reside dos años como administrador de los hospitales
del golfo de Guinea. Luego se embarca en el Cristóbal
Colón hasta Veracruz y allí se queda, aunque su meta era Nueva York.
En México, traba amistad con los
intelectuales más representativos y se enamora de la que luego sería su esposa:
Berta Gamboa. Se casan en Brooklyn y, al día siguiente, el poeta ingresa como
profesor de español en la escuela Berlitz.
De 1925 a
1929 está a cargo de la cátedra de lengua y literatura española en la
Universidad de Cornell, escribe el segundo libro de Versos y oraciones de caminante y comienza a trabajar como
traductor.
En 1933 pasa a la Universidad de Las
Vegas, en Nueva México, y poco después se instala en Panamá, donde se une a la
emoción lírica y la protesta de los intelectuales.
Regresó después a México, donde vivió
siete años, y donde escribió gran parte de sus obras (El hacha, Español del éxodo y
del llanto, Drop a star y Ganarás la luz, entre otras). Compuso, además,
varias recreaciones de las obras de Shakespeare.
Conoció muchos países americanos:
Guatemala, Nicaragua, Costa Rica, Venezuela, Colombia, Perú, Bolivia, Chile,
Argentina… En todos hablaba, recitaba y predicaba, y despertaba idénticos
fervores. Murió en 1968, en México.
¡QUE PENA!
¡Qué pena si
este camino fuera de muchísimas leguas
y siempre se
repitieran
los mismos
pueblos, las mismas ventas,
los mismos
rebaños, las mismas recuas!
¡Qué pena si
esta vida tuviera
–esta vida
nuestra-
mil años de
existencia!
¿Quién la
haría hasta el fin llevadera?
¿Quién la
soportaría toda sin protesta?
¿Quién lee
diez siglos en la historia y no la cierra
al ver las
mismas cosas siempre con distinta fecha?
Los mismos
hombres, las mismas guerras,
los mismos
tiranos, las mismas cadenas,
los mismos
farsantes, las mismas sectas
¡y los mismos
, los mismos poetas!
¡Qué pena,
que sea así
todo siempre, siempre de la misma
manera!
León
Felipe
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